
Yagui
"Me encantaría una escenografía con alguna obra suya".
Esa fue la frase que le envié por mensaje privado a @patagoniarepublic, @yaguiart y @yaguiarte en Instagram. Una simple idea que, sin saberlo, abriría las puertas a charlas, acercamientos e intercambios que nos permitieron conocer un poco más de su mundo y, también, a su maravillosa familia.
Yagui es un artista que parece venir de otros mundos, y supo interpretar como nadie el corazón de la propuesta. Nos propuso pintar un lienzo con tinta fluorescente y luego iluminarlo con luz negra. Una instalación que, durante los conciertos, se convertía en algo más que un fondo: era una experiencia tangible, una obra de arte en vivo, algo que podríamos llamar a lo old school pero que, en realidad, era pura magia y sencillez.
Las canciones de De otros mundos son una miscelánea de recuerdos de infancia, de curiosidad adulta, de historias escuchadas y noticias leídas en internet. Por ejemplo, la canción 7 planetas... su primera estrofa es un recuerdo de niño, de esas veces en que mi abuela me llevaba al médico porque siempre sufría de la garganta y la fiebre no daba tregua. La segunda estrofa habla de Saint-Exupéry volando los cielos patagónicos, y la última, de esos té que tomaba de adolescente para dormir o para bajar un cambio. Nunca me gustó fumar marihuana ni tomar pastillas; siempre fui muy acelerado y proactivo, y eso, a veces, no hace bien. O, pensándolo bien, quizás sí, siempre y cuando se regule.
Mi amor por Soda Stereo me llevó a conocer a Oswald, el dibujante de Sonoman, y escuchando una entrevista suya, nació la letra de la canción Oswald. ¡Siempre hay una excepción a la regla! la canción Rita, por su parte, habla de una leyenda urbana que decía que la actriz estadounidense Rita Hayworth había vivido en Puerto Madryn. ¡Qué casualidad! Mi abuela era un poco fan de sus películas... Y de ahí surgió la frase: "No deberías tener un corazón exigente".
Los cielos de Maida ( la canción) está inspirada en ese pequeño momento de claridad, pureza, esperanza e inocencia que vivimos en la adolescencia, cuando pensamos que todo se terminó, que todo empezó o que todo es para siempre. ¡Y el aburrimiento! Aunque ya no lo recuerdo bien... hace tanto tiempo que no soy adolescente.
De otros mundos se transformó en un álbum digital triple, dividido en tres partes. Nos agarró la pandemia del COVID, y tardamos bastante en volver a tocar, algo que finalmente sucedió. Me siento muy orgulloso de no haber abandonado el proyecto, incluso después de la pandemia. Esos tiempos eran hermosos: ensayos en mi casa, una banda, andar con amigos... como si fuéramos adolescentes. Pero como no lo somos, los momentos se terminan y los ciclos deben continuar de diferentes maneras. Al fin y al cabo, el álbum se llama De otros mundos, y eso fue lo que hice. Lo que hicimos. Y lo que haremos , ir siempre hacia adelante, llevando con nosotros los momentos, el aprendizaje y las bellas personas que nos atraviesan